5 Excusas para NO ir al psicólogo
Pese a que la psicología cada vez está mejor considerada, el hecho de ir al psicólogo sigue estando estigmatizado, con lo cual, es normal que la mayoría de gente se muestre reticente a buscar ayuda de un profesional. En este post tratamos de desmitificar cinco de las excusas más expandidas y utilizadas para no ir al psicólogo.
1. Seguro que todos hemos escucha alguna vez eso de “yo no estoy loco, por tanto no necesito un psicólogo”. Ésta es una afirmación causada por la desinformación. Para empezar, como psicóloga la palabra “loco” no me dice nada, de todos modos, no es necesario tener una enfermedad o trastorno mental para acudir al psicólogo, a menudo son pequeñas cosas que nos causan malestar (apatía o desgana que parecen no querer abandonarnos nunca, nerviosismo, baja autoestima, insomnio, problemas familiares…) que no sabemos identificar ni resolver a pesar de nuestros esfuerzos por intentarlo y de los consejos de nuestros amigos.
2. “Ir al psicólogo me hace parecer débil e inestable”: Al igual que nadie piensa que ir al médico cuando tenemos mucha fiebre y dolor abdominal es de débiles, ¿por qué tendemos a pensarlo cuando buscamos ayuda para un dolor emocional? El malestar psicológico no es una cuestión de fuerza de voluntad ni un invento para llamar la atención, en la mayoría de ocasiones suele ser muy incapacitante y la persona que lo padece no tiene las herramientas necesarias para hacerle frente, principalmente porque no es psicólogo (del mismo modo que, siguiendo el ejemplo anterior, el resto no somos médicos).
Y para aquellos que os lo estéis preguntando: sí, un psicólogo también va al psicólogo igual que un médico va al médico. Principalmente porque también somos susceptibles a tener problemas o enfermedades y ante ellos necesitamos un punto de vista objetivo además de especializado que nos guíe y nos ayude a trabajar las áreas que estén fallando y a ver las cosas que nuestra subjetividad no nos permite ver. Además, es recomendable que los psicólogos acudan al psicólogo frente a algún conflicto interno porque si no tienen un buen equilibrio emocional o están atormentados por sus propios problemas es difícil poder ayudar a otras personas.
3. “Los psicólogos sólo se sientan, te oyen y cobran”: Dentro de la psicología existen diferentes corrientes y modos de hacer terapia (Cognitivo – conductual, Gestalt, Psicoanálisis…). Desde la vertiente que más conozco, la cognitivo – conductual, en las sesiones iniciales se trata de recoger el máximo de información posible sobre el paciente y su problema actual para establecer un diagnóstico, a partir del cual se lleva a cabo el tratamiento basado en los resultados obtenidos por la investigación científica. Evidentemente este tratamiento se adapta a las necesidades y ritmo de cada persona, porque tratamos de personas influenciadas por múltiples variables, no de valores absolutos que son o no son.
Por tanto, además del trabajo realizado durante las sesiones, donde es imprescindible la puesta en práctica de la escucha activa y la empatía, entre otras, hay mucho que hacer cuando el paciente se va, buscando información sobre las últimas investigaciones realizadas con casos similares y estructurando el contenido y duración estimada de la fase de tratamiento.
4. “La gente es como es y nunca cambia, así que ir al psicólogo no sirve de nada”: Esta es una de mis preferidas, porque si creyésemos esto los psicólogos no tendríamos razón de ser, además estaríamos aceptando que las personas no tenemos la capacidad de aprender ni de evolucionar.
He de reconocer que cuando el objeto de cambio es un factor de base de la personalidad del individuo su cambio es más complejo pero no imposible. Es cierto que por mucho que revisemos nuestra forma de ser difícilmente cambiará de un extremo a otro, sin embargo, si el trabajo que se realiza es verdaderamente importante para la persona aprenderá a “moderar” esa parte que quiere cambiar. Probablemente tendrá que realizar de forma consciente estos cambios hasta convertirlos en automáticos y aun así no bajar la guardia porque necesitará recordarlo de vez en cuando.
5. “Una vez fui al psicólogo y no me sirvió de nada”: Ante esta situación hay que tener en cuenta un par de cosas. Por un lado, los psicólogos somos personas diferenciadas unas de otras, por tanto, pese a que te haya ido mal con alguno de ellos es posible que otro pueda ayudarte. Por otro, el trabajo realizado durante las sesiones puede resultar muy satisfactorio a priori, pero no nos engañemos, solo con ir no basta.
Hay que poner en práctica las cosas que hemos aprendido a lo largo de las sesiones y no bajar la guardia, para no abandonar el tratamiento cuando aun no ha finalizado y/o para no creer que nuestro problema está resuelto y nunca más volveremos a verlo. Si tenemos predisposición a sufrir una serie de trastornos o problemas es habitual que vuelvan a presentarse a lo largo de nuestra vida, la diferencia es que las siguientes veces estaremos preparados si realmente lo hemos trabajado.