Economía de fichas: Una técnica de modificación de la conducta
El condicionamiento operante como forma de aprendizaje, es un término introducido por B. F. Skinner el cual con el pasar de los años fue tomando forma en base a los estudios de diferentes autores. Esta forma de aprendizaje sugiere que las personas tienen una probabilidad de repetir conductas que están asociadas a consecuencias positivas, mientras que tienen una menor probabilidad de repetir aquellas conductas que producen consecuencias negativas.
El condicionamiento operante ha traído muchos aportes a lo que hoy en día se conoce como la modificación de conducta, siendo ésta la aplicación de una serie de técnicas basadas en los principios del aprendizaje, que ayudan a mejorar en las personas conductas que les van a proveer un funcionamiento más adaptativo y favorable.
La economía de fichas como técnica de modificación de conducta
Dentro de las múltiples técnicas que se utilizan en la modificación de conducta, se encuentra la técnica denominada economía de fichas. Esta técnica se utiliza para promover y reforzar conductas positivas deseables, para modificar ciertas conductas ya instauradas o para desvanecer conductas desadaptativas.
La economía de fichas se fundamenta en el intercambio, el cual se obtiene ante la entrega de fichas que cumplen el papel de reforzadores positivos generalizados, los cuales se otorgan inmediatamente después de que la persona realice las conductas deseables. Estas fichas posteriormente pueden ser cambiadas por un reforzador positivo que sea de agrado para la persona a la cual se le está aplicando dicha técnica. A su vez, estas fichas pueden ser utilizadas como métodos de castigo, las cuales pueden ser confiscadas cuando aparezcan las conductas no deseables.
Es así como la entrega y el retiro de fichas, al igual que el control de la aparición de las conductas deseables y desadaptativas se llevan ante un sistema de registro que permite el monitoreo correcto de la cantidad de fichas dadas, así como la aparición de dichas conductas en cuanto a la frecuencia a lo largo del tiempo establecido.
Beneficios del uso en el aula escolar:
Si bien la economía de fichas puede ser utilizada en múltiples ámbitos, esta técnica puede jugar un papel bastante beneficioso en las aulas escolares, sobre todo en la etapa de la infancia. Con esta técnica se pueden lograr resultados orientados al seguimiento correcto de las normas o los límites en el aula, la realización de asignaciones dentro y fuera del aula escolar, fomentar la motivación extrínseca o el interés en actividades escolares que no resultan atractivas para el niño y la disminución de conductas desadaptativas entre sus pares, como peleas o insultos.
Fases para elaborar el sistema de economía de fichas
Fase 1
En esta fase se deben establecer las conductas objetivo que se desean reforzar dentro o fuera del aula, estas conductas deben ser explícitas y puntuales, así como también adaptadas al lenguaje del niño, con el fin de que pueda comprender qué se espera de él durante el desarrollo del proceso. Además es indispensable que se seleccionen los reforzadores que serán canjeados por las fichas obtenidas, siendo recomendable que dichos reforzadores se establezcan en base a los gustos del niño con el fin de que resulten atractivos para el mismo.
Otro aspecto importante es escoger el tipo de fichas que se utilizarán con el fin de que el niño las acumule para posteriormente canjearlas, estas fichas pueden variar dependiendo de la persona, pero se recomienda que sean llamativas y representativas. Estas fichas irán acompañadas de un formato de registro, donde se colocarán la cantidad de fichas obtenidas, el número de fichas perdidas y los reforzadores obtenidos; colocando así el registro en un lugar visible para el niño.
Es así como una vez que se establecen estos aspectos, se le debe explicar el niño las condiciones para obtener y canjear las fichas, esto quiere decir que debe comprender: en qué momentos se ganará las fichas, en qué momento las puede perder y a partir de cuántas las puede canjear.
Fase 2
Esta fase se lleva a cabo al observar que las conductas objetivo ya se producen constantemente por un período de tiempo estable. De manera que se debe proceder a retirar gradualmente la entrega de fichas y los reforzadores positivos, tomando como aspecto importante explicarle al niño el motivo de los cambios con un lenguaje acorde a su edad.
Existen diferentes técnicas que facilitan este proceso, como por ejemplo aumentar el tiempo entre la aparición de las conductas objetivo y la entrega de las fichas y aumentar el número de fichas necesario para ganar los reforzadores positivos. A la hora de aplicar estas estrategias, se deben introducir los cambios de manera gradual, evaluando progresivamente si las conductas objetivo se siguen presentando como es deseado.