¿CÓMO MOTIVARTE A HACER ESO QUE TIENES PENDIENTE? 8 PASOS FÁCILES
Todos tenemos cosas pendientes, eso es una regla general. Lavar ropa, alguna asignación, llamar a nuestros padres, comenzar esa clase de pilates que hemos querido desde siempre, ir al médico, reparar la gotera de nuestro baño… Algunas son más importantes que otras y requieren el mantenerse motivado pero todas están ahí, en el lugar designado para ellas al fondo de nuestros pensamientos, sin irse por completo.
Es un hecho muy conocido que los problemas son una excelente oportunidad de cambiar tu vida para bien. Quizás tú mismo te pones barreras mentales para evitar hacer esas cosas que tienes pendientes, pero todos esos obstáculos los puedes convertir en fortalezas para alcanzar tu objetivo.
Tener asuntos sin terminar no causa ningún beneficio; por el contrario, conlleva al estrés, a que nunca estés totalmente inmerso en algo porque estás pensando en lo que no hiciste la noche anterior y, en general, a que tu vida sea un caos porque no tienes una organización ni un ritmo estable.
Pero, como todo en esta vida, eso también tiene una solución. Te daré la guía máxima para acabar con todos esos asuntos atrasados y no volver a tenerlos nunca más, así vivirás en el día a día y sin ninguna clase de remordimientos. Después de todo, de eso se trata, ¿no?
1. Haz una lista
Siguiendo este sencillo paso verás una gran diferencia. No olvidarás nunca más qué es lo que tienes que hacer, o estarás preocupado de que se te esté olvidando algo. Además, visualizarás todas tus tareas y podrás calcular aproximadamente cuánto deberás dedicar a cada una.
Si tienes un Smartphone, existen muchas aplicaciones que puedan auxiliarte en esto. Mi favorita y la que utilizo desde hace mucho es ColorNote, ahí puedes escribir notas y listas, y editarlas cuando quieras, cambiarles el orden… ¡Y ponerles los colores que quieras!
Sin embargo, hay muchas otras aplicaciones más novedosas que esa, como Evernote, SimpleNote, Notability…Hay para todos los gustos y todas las necesidades, así que las excusas sobran.
Por supuesto, no podía dejar de mencionar el método tradicional, del cual también soy gran fan, dependiendo de la ocasión. Utiliza tu libreta favorita y ¡escribe, escribe, escribe!
2. Pon prioridades
Si tienes muchas cosas que hacer, quizás no te dé tiempo de hacerlas todas para mañana mismo, pero aun así, debes hacerlas todas. Por esto, prioriza las cosas que son más urgentes para que las hagas de inmediato.
También identifica aquellas tareas que son importantes pero que no son tan urgentes, así sabes que luego de hacer las más importantes, no te puedes relajar pues hay más cosas por hacer en espera.
Un tercer grupo de asignaciones pendientes puedes evaluarlas para ver si es posible delegarlas o pagarle a alguien para que las haga por ti. Por ejemplo, si debes hacer la compra pero tienes un trabajo importante que entregar para el día siguiente, pídele el favor a tu pareja o algún familiar, de seguro ellos no tendrán ningún inconveniente en ayudarte.
La última lista es de cosas que no son importantes o que puedes eliminar. Por ejemplo, si estás muy atareado y tienes mucho trabajo para esa noche, realmente no necesitas ir a comprar esos zapatos que viste en la exhibición o ver el capítulo nuevo de tu serie favorita. Es preferible salir de los compromisos primero, para luego tener tiempo de darte el gusto que tanto te mereces.
3. Fechas límites
Particularmente, lo que mejor me funciona a mí es establecer fechas límites para determinadas tareas. Trabajar bajo presión no es la idea, pero es un recurso de última opción. Y date premios por hacer lo que te propusiste en el rango de tiempo establecido; cómprate un delicioso chocolate o lánzate al cine a ver la película más taquillera.
Además, esta es otra buena forma para organizarte, puesto que si realizas las cosas en función del plazo que tienes para hacerlas, ahí tendrás un orden que ni siquiera te propusiste, que no te tuviste que esforzar mucho pensando y que funciona a la perfección.
4. Pasos cortos
Si esas tareas pendientes te parecen muy amedrentadoras, muy largas o muy difíciles, se te hará mucho más complicado empezarlas. Para esto, segmenta las cosas en pequeños pasos o pon metas a corto plazo. Por ejemplo, si debes escribir un informe muy largo, escribe primero dos páginas, y al día siguiente otras dos páginas. Verás los resultados de inmediato y para ello, sigue además estos consejos:
Verifica que tus metas sean factibles: Si algo tenemos claro es que solo hay que soñarlo para poder cumplirlo. Pero hay cosas realmente inverosímiles, como ponerte como Zac Efron en una semana. En otras palabras, traza metas realistas. De nada te sirve proponerte algo que es imposible que vayas a cumplir, pues te sentirás frustrado cuando, en realidad, ni siquiera fue tu culpa.
Realiza un F.O.D.A.: ¿No sabes qué es? Significa: Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Como sus siglas lo indican, es analizar, sobre la meta que te propusiste y sobre ti mismo en relación a ella, cuáles son las fortalezas y las debilidades que puedes tener el momento de cumplirla y cuáles son las oportunidades y las amenazas contra ella. De esta manera sabes a qué te puedes atener cuando estés en la travesía de cumplir tu sueño; qué debes trabajar y qué debes prevenir.
5. Organiza tu día a día.
Sé que esto puede ser fácil de decir pero difícil de hacer, créeme. El día a día está lleno de contratiempos e imprevistos. Pero si te dedicas todas las mañanas a organizar ese día (o todas las noches a organizar el día siguiente) encontrarás huecos que puedes aprovechar para adelantar cosas o terminar esas cositas pendientes que tienes por ahí.
Otro beneficio de esto es que tendrás menos tiempo para desperdiciar, puesto que estarás más consciente de cuánto pasas frente a la televisión o viendo videos en YouTube.
6. Date un break.
No vas a poder hacer nada si estás muy estresado, tienes mucha presión, estás bloqueado o simplemente no quieres realizarlo o no tienes los ánimos suficientes. Es preferible tardarte un poco más en terminarlo que no hacerlo o que lo hagas de manera errónea. Recuerda que primero estás tú y nada es más importante que tu bienestar físico y mental.
Si te encuentras en alguna de las situaciones antes mencionadas y tienes una asignación pendiente, date un descanso. Respira un poco de aire fresco, estírate, haz yoga, sal a caminar, cómete algo, toma un té… Incluso aquí también tienes permitido revisar tus redes sociales y responder esos comentarios de hace una semana. Eso sí, ¡no te entretengas mucho!
Al terminar, verás que te sentirás mucho mejor, con la mente más despejada y con la disposición necesaria para completar esa tareita que no te dejaba en paz. Y pega un vistazo a: Psicología Positiva y control del estrés.
7. Deja fluir la creatividad
Quizás la razón por la cual tienes algo pendiente ni siquiera es por falta de tiempo o que no sabes cómo afrontarlo, sino que te da pereza o no quieres hacer la misma actividad aburrida de siempre, como hacer compras, planear las comidas de la semana, preparar esa exposición sobre el tema que no te gusta… Y es completamente comprensible, créeme que yo tampoco lo haría.
Por suerte, tenemos algo súper útil llamado “creatividad”. Te la presento, puede ser tu mejor amiga si sabes cómo tratarla. Si tienes que hacer compras y planear las comidas, ve a un lugar nuevo y compra cosas que nunca habías adquirido antes. Puedes encontrar algo de inspiración para esto en programas de cocina, o en YouTube, mi aliado favorito. Aprende a preparar ese plato por el que te babeas, o aquello que siempre has querido probar.
Para otras cosas que te causan tedio, puedes variar siempre. Toma otro camino, pídele a alguien que te acompañe, prepara la exposición de una manera interesante y divertida. Las posibilidades son infinitas, solo tienes que poner en práctica la creatividad en todos los aspectos de tu vida.
8. No pierdas de vista tu objetivo
A veces, nos enfocamos tanto en las cosas que tenemos pendientes por sí solas que nos olvidamos de por qué teníamos que hacerlas en un principio. Quizás es un trabajo de la universidad con un profesor que odias, o un trabajo freelance que en realidad detestas. Pero en algún momento accediste a hacerlo, y debes recordar por qué.
Visualízate allá, con la toga, el birrete y tu diploma… Toda tu familia y tus amigos felices por ti, y tú, más que nadie, orgulloso y satisfecho de que lo hayas logrado. Ahora, lo único en este momento que te está separando de esa meta es ese informe que simplemente no has querido hacer. Ve, termínalo y ¡conquista tus metas!
Una de las cosas que más causan satisfacción en esta vida es tachar las actividades pendientes e ir viendo cómo esa lista va disminuyendo cada vez más. Aplica estos sencillos trucos y verás cómo dan resultados de manera inmediata, ¡te lo garantizo!